Reflexión de Maite

2022-12-20

«A pesar de no ser la primera vez que viajo a África, nunca he hecho un viaje así. La asociación te permite participar en proyectos que te llenan el corazón y te dividen en mil pedazos a la vez. Ha sido una experiencia especial, un trozo de mi corazón se ha quedado allí y sobre todo en casa de huérfanos.

En esa casa he dejado las lágrimas, he llorado lleno de emoción, con el nudo en la garganta. He recibido y dado cariño, pero muchas cosas son incomprensibles en esas cuatro paredes.

En el colegio, en cambio, pusimos un grano de arena y también me quedo con eso. Que aprendan a cuidar la tierra poco a poco para tener un buen entorno. He visto en Senegal la belleza, la pobreza, el caos, la tranquilidad, varias caras de un mismo lugar, incluso los especiales atardeceres diarios. He vivido lo que es tener privilegio en diferentes aspectos, porque he visto con mis propios ojos algunas realidades de antaño y de hoy en día.  

A pesar de no entender la educación, me he sentido en casa, por la conpañía y cercanía de Bass. Él mismo nos ha contado cuántas historias y realidades. Al tener también a su familia a su lado siento que el viaje ha sido más profundo.

La generosidad y amabilidad de las personas es palpable, las sonrisas y las ganas de saludar.

Son muchas cosas y sé que volveré alguna vez. Ahora me falta guardar en la memoria «RESPIRAR» y lo vivido.»

Maite